Reírse de nosotras
Esta campaña electoral es la primera en la que no me veo inmersa, bien directamente como candidata o bien como responsable de CHA, desde el año 2003. Doce procesos electorales municipales, autonómicos, estatales y europeos en trece años.
Es evidente que me tengo que sentir rara estos días. Pero no sé si me falta algo o agradezco no estar metida en el fango.
Hay días, como el del debate estatal entre los cuatro principales candidatos a la presidencia de España, ese triste y aburrido debate, que agradezco no tener la “obligación” de verlo entero.
Hay otros días que escucho y me enciendo, como alcaldesa de un municipio que vive condicionado por este gobierno en funciones que podemos describir como lento, si soy generosa, o inoperante siendo realista. Porque está claro que de un año a esta parte, desde que fui elegida alcaldesa, ha cambiado mi perspectiva. O se ha ampliado.
Por eso tengo claro que quiero que cambie el gobierno que hay.
Porque no es bueno para nadie un gobierno que va a conceder ayudas para arreglar daños de la riada de 2015 un año y medio después, si hay suerte. Cuando se puedan utilizar esas infraestructuras habrán pasado ¡dos años!, por culpa de las dificultades que pone la convocatoria.
No se puede admitir que la gente de Pina siga teniendo riegos y caminos dañados cuando vaya a cumplirse año y medio de la riada. No se puede. Sobre todo, porque ese mismo gobierno nos impide a los ayuntamientos solucionar esos problemas por nuestra cuenta antes.
Por eso, por este asunto y otros muchos relacionados con sus políticas de desprecio hacia lo público, como alcaldesa, como persona, como mujer, quiero un cambio de gobierno.
¿Cuál es mi problema? No me fío de quienes pueden llevar a cabo ese cambio. Y tengo motivos de sobra para desconfiar de todos y cada uno de esos partidos.
Que algunos de ellos dediquen 9 o 13 segundos, en un debate entre quienes quieren gobernar España, a despacharse la vida de millares de personas (mujeres, pero también sus hijos e hijas) que han sufrido y sufren directamente el terrorismo machista no tiene nombre, pero qué indecencia que otros dediquen cero segundos cuando se han llenado la boca con terrorismos que han matado a muchas menos personas ¿No es eso crear víctimas de primera y de tercera? Sólo puedo sentir desprecio y rabia hacia quienes las diferencian, hacia quienes deberían protegerles desde su labor pública.
Y para terminar, hablemos de Aragón. No he visto etiqueta o lema más confuso que #AragónSiempre del PP-PAR. Supongo que se refiere a un Aragón siempre despreciado por ellos, un Aragón siempre olvidado en su labor pública, un Aragón sin las autovías, desdoblamientos o ferrocarriles que han prometido mil veces, un Aragón ninguneado desde el origen de lo que llaman democracia y no lo acaba de ser…
A día de hoy, cuando queda una semana de campaña electoral, sólo puedo decir que todavía no sé si votaré el próximo día 26.
Lo único que sí tengo claro es a quienes no voy a votar el 26J. Paradójicamente, teniendo en cuenta que lo escribe una nacionalista aragonesa, no votaré -como alcaldesa, como persona, como mujer- a los únicos que nombran a Aragón en sus lemas. Reírse de nosotras no debería ser premiado aquí.
(Artículo publicado en AraInfo el pasado 19 de junio)
0 comentarios