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Desde Pina: el blog de Marisa Fanlo Mermejo

La mentira y los políticos incapaces, artículo sobre quienes han gestionado la CHE y no han hecho nada

La mentira y los políticos incapaces, artículo sobre quienes han gestionado la CHE y no han hecho nada

Hay partidos que no son útiles para Aragón, porque no saben responder a las necesidades de la ciudadanía y actúan irresponsablemente en muchísimos momentos y en distintos ámbitos. Y lo hacen, porque han convertido la mentira en argumento de su forma de hacer y entender la política. Y así, mintiendo y ocultando, pasan los días y oír sus explicaciones es motivo de indignación para aquellos, que por suerte o por desgracia, conocemos cómo funcionan las administraciones públicas y los parlamentos e intentamos que algunas actuaciones salgan adelante. 

No es de recibo, por ejemplo, que partidos políticos que conocen que el INAGA (Instituto Aragonés de Gestión Ambiental) ha permitido una actuación tan agresiva como el dragado del Ebro en Zaragoza, simplemente para que pasen cuatro barcos que en su día se le antojaron al alcalde Belloch, luego sean capaces de asegurar que la legislación ambiental vigente hay que cambiarla, porque impide limpiar el río. Esos partidos llegan al pleno de DPZ o de cualquier otra institución y sin ninguna vergüenza ni pudor dan lecciones de populismo y demagogia, que te llevan a desconfiar de la clase política. 

Y todo para ocultar que si no se ha limpiado el río en las últimas décadas ha sido porque no les ha dado la gana a ellos. A los tres, a los que gobernaban y a los que gobiernan. A PP y a PAR, pero también a PSOE. Esos partidos que culpabilizan a las leyes y a los grupos ecologistas de que no se haga nada en el río, a pesar de que solos o en sus distintas combinaciones (PSOE-PAR, PP-PAR, PSOE-PP), y en distintos ámbitos políticos, modifican las leyes cuando les viene en gana. Todas las leyes que quieren: desde la antes intocable Constitución hasta las leyes de sanidad o del juego. 

En el juego de la política hay muchas cosas que me resultan incomprensibles, pero quizá una de las que más duele es ver con qué facilidad se compran los argumentos de estos partidos en los pueblos de la ribera del Ebro, cuando sólo son excusas de mal pagador. 

¿Por qué somos incapaces de darnos cuenta de que están intentando engañarnos cuando dicen que la legislación impide limpiar? Pero si sabemos que ninguna ley consiguió parar los dragados en Zaragoza o el que se llevó a cabo en 2010 en Cabañas. ¿Por qué se empeñan en seguir diciendo que la CHE (gobernada hoy por el PAR, antes por el PSOE, antes por el PP…) no puede tocar el río? Está claro: para tapar la incompetencia de quienes la han gestionado y se han limitado a ver cómo crecía la porquería en todo el tramo medio del Ebro, sin mover un dedo por mantener limpias las riberas y el cauce. 

¿O por qué nos creemos a pies juntillas que los grupos ecologistas tienen un poder omnímodo y a la “pobre” Confederación Hidrográfica del Ebro no le dejan hacer nada? Pero ¿no sabemos que ni son los grupos medioambientalistas quienes aprueban las leyes en los parlamentos ni se les hace caso, la mayoría de las veces, desde las administraciones, a no ser que intervengan los juzgados cuando las cosas se hacen demasiado mal? Si tuvieran ese poder, hace tiempo que estarían descartados proyectos que cuentan con su oposición. Y no, ahí están algunos en obras y otros en tramitación: Yesa, Biscarrués, la ampliación de Cerler por Castanesa... 

Quienes hemos intentado parar proyectos de las administraciones públicas contrarios, según nuestra opinión, a la defensa del territorio, del medio ambiente y de la salud de las personas, tal y como fue el caso de la fundición de plomo de Pina de Ebro, hemos visto claramente que si una administración quiere, a no ser que lo tramite desastrosamente mal o se produzca una catástrofe relacionada con dicho proyecto antes de llevarlo a cabo, no hay manera de parar nada, si no es con el apoyo de la masa social afectada. Y al hablar de masa, hablo de mucha y capaz de hacer mucho, mucho ruido. 

Desde Chunta Aragonesista defendemos que puede y debe realizarse un mantenimiento y una limpieza regular de las riberas y el Ebro. Las actuaciones y limpiezas controladas y regulares mantienen el río en buenas condiciones y con ello se minimizarían mucho los daños de las riadas; para hacerlo no es necesario cambiar ninguna legislación y así evitaríamos meter excavadoras en el cauce cada veinticinco años para acallar la inoperancia de unos y otros durante todos esos años. 

Así que déjennos de engañar y si el río no se ha limpiado en su tramo medio en las últimas décadas, tengamos claro que es porque no les ha dado la gana a quienes han gobernado. Lo demás son mentiras y cuentos de malos gestores.

 

(Publicado el 23 de febrero de 2013 en El Periódico de Aragón)

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