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Desde Pina: el blog de Marisa Fanlo Mermejo

Día de Aragón y Día del libro

Día de Aragón y Día del libro

Llevamos dos días leyendo en la prensa estupendos artículos del presidente de CHA, José Luis Soro, sobre la campaña que hemos lanzado coincidiendo con la celebración del Día de Aragón. Es evidente que a la mayoría de la población aragonesa lo que más le motiva un día como mañana es pasear por mercadillos, comprar libros, oír música, ver dances tradicionales, etc. Pero en un momento como éste no podemos olvidar muchas de las reflexiones de José Luis. No podemos olvidar la política y la historia ni podemos olvidar qué es y qué puede ser Aragón. Y para eso hay que leer más y elegir bien las lecturas...

Y, aunque no sea un libro, aquí va una recomendación:

Treinta años después de que Aragón recuperara su autogobierno, estamos sufriendo la mayor amenaza de involución autonómica de la etapa democrática. Bajo la coartada de la crisis económica, la derecha centralista de siempre está decidida a pulverizar el Estado autonómico, pretende imponer una España uniforme gobernada desde Madrid. Los inquisidores del pensamiento único quieren privarnos de nuestro derecho a decidir nuestro futuro, quieren acabar con Aragón. No podemos tolerarlo. Frente a su ignorancia y su desprecio, es preciso recordarles los fundamentos de nuestra identidad y de nuestros derechos colectivos.

En mayo de 1936 representantes de la ciudadanía aragonesa se congregaron en Caspe y acordaron las Bases para redactar un Estatuto de Autonomía. La primera de esas Bases proclamaba: “La personalidad de Aragón queda definida por el hecho histórico y por la actualidad de querer ser”. En junio de ese mismo año se aprobó el proyecto de Estatuto, también en Caspe, y se inició el proceso para que Aragón, como hizo Cataluña, pudiera ejercer su derecho a la autonomía al amparo de la Constitución de la II República. Pero no pudo ser. El golpe de estado fascista cortó de raíz las ansias de autogobierno del pueblo aragonés.

Durante la transición, Aragón encabezó el movimiento autonomista y fue una de las primeras naciones en acceder a la preautonomía antes de la Constitución. El Real Decreto-Ley de 17 de marzo de 1978, que aprobó el régimen preautonómico para Aragón e instituyó la Diputación General como órgano de gobierno, declaraba que “el pueblo aragonés ha manifestado reiteradamente, en diferentes momentos del pasado y en el presente, su aspiración a contar con instituciones propias”.

Unos días después, en la fecha emblemática del 23 de abril de 1978, más de cien mil aragoneses y aragonesas se manifestaron en Zaragoza para exigir su derecho a la autonomía plena. Pero la UCD, encabezada en Aragón por José Ángel Biel, nos impuso el acceso al autogobierno por la vía lenta del artículo 143 de la Constitución, una injusticia y un agravio que ha supuesto un pesado lastre para construir nuestro proyecto común.

Sin embargo, Aragón es uno de los tres únicos territorios forales que tiene reconocidos los derechos históricos que la Constitución ampara y respeta. Nuestro Estatuto afirma, desde 1982, que “La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica la renuncia del pueblo aragonés a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, los que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establece la disposición adicional primera de la Constitución”. Únicamente los Estatutos navarro y vasco contienen una previsión similar.

La reserva de sus derechos históricos sirvió a Navarra y Álava para mantener tras la Constitución su hacienda foral, de la que gozaron durante la dictadura franquista, y, en el caso de Vizcaya y Guipúzcoa, para recuperar el régimen fiscal propio del que fueron privados en 1938. Los aragoneses, a pesar de ser también titulares de derechos históricos, no hemos recuperado nuestra hacienda propia, arrebatada por derecho de conquista en 1707 por el primer Borbón, y nos vemos incluidos en el sistema común de financiación autonómica, que nos perjudica y obstaculiza nuestro desarrollo y nuestra recuperación económica.

En Cataluña, sin más legitimación histórica que Aragón y sin ningún respaldo estatutario, todas las fuerza políticas (salvo el PP) reclaman unánimemente un pacto fiscal con el Estado. Eso mismo llevamos veintiséis años exigiendo desde CHA para Aragón, con fundamento en nuestros derechos históricos. Pero siempre nos hemos quedado solos en esa reivindicación. La reforma del Estatuto de 2007 fue una oportunidad perdida por la negativa del resto de partidos a apoyar nuestra propuesta de exigir al Estado un régimen de financiación foral propio.

Como dijeron los aragoneses de 1936, Aragón es hecho histórico y actualidad de querer ser. Pero, sobre todo, Aragón es futuro. Garantía de un futuro mejor. Más Aragón es más progreso, más empleo, más cultura, más educación, más sanidad, más bienestar, más sostenibilidad, más justicia, más igualdad, más solidaridad, más vanguardia. Más Aragón es más futuro.

 

Artículo publicado hoy domingo en El Periódico de Aragón.

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