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Desde Pina: el blog de Marisa Fanlo Mermejo

El pregón de Juan Bolea en la fiesta de San Juan

El pregón de Juan Bolea en la fiesta de San Juan

Buenas tardes a todas y a todos, amigas y amigos, celebrantes de las Fiestas de San Juan de Pina de Ebro.

Muchas gracias por haberme distinguido con la figura del pregonero. No sé si para que me echéis tres cuartos o a la acequia vestido, pero, en cualquier caso, agradecido. Y si me llueven tomates, sabré que son de huerta y que no saben a protesta, sino a tomate.

Gracias, alcaldesa, querida Teresa, por distinguirme como vecino vuestro. Gracias, concejales, miembros de la Corporación.

Buenas tardes, Pina de Ebro, Dama del Agua.

Este verano, amiga Pina, no te quejarás de sequía. Te he traído los caudales de muy arriba, desde un mundo de nieve. Por eso verás mis aguas más claras, de la misma manera que hay días luminosos en que yo, levantándome un poco sobre las motas y presas, puedo ver el Mediterráneo. A veces, el aroma salado del mar llega hasta aquí.

Te encuentro joven, Pina, joven y guapa para tus más de dos mil años de antigüedad. Es lo que tenemos los viejos ríos, que no hemos olvidado dónde nacimos –yo, por cierto, en Fontibre-, pero sí el día.

Tan viejos somos que hemos tenido varios nombres, hasta el actual, Ebro. También tú has tenido muchos nombres, Pina, flor ribereña, Dama del Agua.

La primera vez que te reflejaste en mis aguas jinetes iberos, adoradores de la luna y del lobo, recorrían tus orillas blandiendo sus cortas espadas. Después, un guerrero cartaginés, Aníbal, cruzó mis aguas al frente de sus elefantes. Años más tarde llegaron los hombres de Roma, con sus barcos, sus bloques de piedra y sus esclavos. Habían vencido a los cartagineses y querían construir un mundo nuevo, ser eternos, como yo… ¡Ilusos!

De ellos, de los romanos, nos queda la lengua, el puente, la fortificación, el ciudadano, el derecho. Los romanos eran conquistadores, eran justos, eran crueles, y menos aficionados que los árabes a la poesía y a la música, al arte del cultivo y del riego. Aquellas falúas navegándome a una vela desde los jardines de La Aljafería, en Saraqusta… Si alguien retrocediera 700 años creería estar en el Nilo, en Assuam, pero era yo, Ebro, y eras tú, Pina, mi Dama del Agua, paloma blanca posada bajo mis sauces. Siempre juntos, enamorados, mis aguas reflejando tu belleza, tus flores desplegando sus pétalos al sol.

Más adelante regresaron las cruces, los caballeros de San Juan, con noticias de Tierra Santa, la conquista de Italia y el asedio de Malta por las galeras turcas. Y viajó por mis orillas un gran rey aragonés, Fernando, llamado el Católico, inventor del Estado y de la política moderna.

Te estás haciendo mayor, Pina, pero todavía eres joven, mucho más que el viejo río que te conforta con sus brazos de agua. En la juventud de tu sonrisa, hoy, veo energía y fuerza, justicia y solidaridad, ganas de trabajar, de luchar, de divertirse en la noche de San Juan. Veo gente mayor, sabia, y gente joven, muchos venidos de otros países y culturas, que aquí han encontrado un oasis de convivencia. Veo dignidad, independencia, compromiso. Veo una plaza que es como un foro. Veo artistas, escritores, poetas. Veo cigüeñas y gaviotas, toros y caballos montados por jinetes desarmados frente a la belleza de nuestros sotos. Veo la luz del sol, veo el futuro.

Ojalá que mis aguas sigan reflejando siempre tu rostro feliz, Pina del Ebro, Pina mía, Dama del agua… Y ahora a divertirse

¡Viva la Fiesta de San Juan! ¡Viva Pina! ¡Viva Aragón!

 

1 comentario

Julia -

"El pregón más hermoso del mundo"