VOLVEMOS A LA REALIDAD MÁS CERCANA

Tras la salida de Israel de Gaza, dejando las muestras visibles del genocidio que quiere consumar, tras la toma de posesión de Obama, tras las discusiones sobre la ropa de la Ministra de Defensa o sobre las fotos de la portavoz del PP que antes criticaba a las ministras del PSOE por hacer lo mismo que ella; tras todas estas realidades más o menos lejanas -a veces usadas como cortinas de humo para que no veamos las pocas respuestas, y a veces inútiles, que dan nuestros gobiernos (me da igual que penséis en el de España como en el aragonés) a los problemas reales- ya volvemos otra vez a la realidad más cercana, a temas más concretos.

Serán muy pocas personas las que no sufran esta crisis en su propia economía familiar -cada vez es más difícil llegar a fin de mes sin números rojos-, en la de alguien de su familia o en su trabajo con ERE’s o despidos.

En Chunta Aragonesista estamos convencid@s de que los gobiernos pueden tomar más medidas, y mejores, para ayudar a pasar estos momentos sufriendo menos los efectos de la crisis. Por eso hemos planteado distintas propuestas que podéis consultar en el nuevo blog llamado Plantar cara a la crisis, además de en este enlace de la web de CHA.

Lo que es imposible es que se solucione, o se alivie, la situación de quienes peor están con los presupuestos que acaban de aprobar tanto el Gobierno de Aragón como el de España y con sus medidas dirigidas a favorecer a las grandes empresas, sin condicionar su posterior trato hacia las trabajadoras y trabajadores.

No se puede ayudar incondicionalmente a unas pocas empresas grandes sin tener en cuenta también a las pequeñas y medianas empresas que hay en todas las comarcas aragonesas, que están cerrando porque no cobran de las más grandes que les subcontratan.

Hay que asegurar que ese dinero público, que tod@s aportamos, mejore la situación de quienes se han ido al paro, de quienes no llegan a fin de mes, de quienes ven cómo pierden sus viviendas -incluso las de protección oficial- por no poder pagar una hipoteca o de quienes tienen la espada de Damocles sobre sus cabezas y sobre las de quienes trabajan en sus pequeñas empresas.